Utilizando el negro en su justa medida y sin exceder en los adornos florales podemos conseguir una decoración alternativa y elegante.
Si se trata de una boda tradicional y religiosa, el blanco debe predominar y el negro será tan sólo un color secundario presente en las servilletas, lazos de las sillas o únicamente en pequeños detalles como en las invitaciones.
Pero empecemos por partes y vayamos analizando las posibles combinaciones.
Sin duda, lo más sencillo para realizar esta combinación serán las invitaciones, incluso si somos algo creativos podemos convertirlo en un DIY sencillo.
Una imagen vale más que mil palabras...
El salón será, sin duda, el lugar donde más facil nos resultará conseguir tematizar la boda en ambos colores.
Deberemos tener mucho cuidado con los detalles, sin utilizar a partes iguales dicha combinación...sino convertiremos nuestra boda en un auténtico ajedrez.
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